Ha marchado Florentino
bajándose del caballo
que perdía las carreras
antes de metas ganadas.
La apuesta del triunfo
iba camino al fracaso
porque goles no se compran
con dineros ahorrados.
Reconoce Florentino
error de maestro débil
en exigencia a alumnos
que se creen todos genios.
El caballo descabalga
al auditor de las cuentas
sin prometer penitencia
de trabajo en el césped.
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Amelia Bono se atreve con la Maratón de Nueva York
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Está de moda correr, no por necesidad sino porque es lo que se lleva. Me
refiero a las personas que corren maratones, muchas de ellas famosas. Son
persona...