Ha llegado a nuestras vidas
el anuncio olvidado
este año de angustias,
pero que llega y se hace
un hueco en las pantallas
que aún tenemos por casa.
Me refiero al anuncio
que el Gordo siempre trae
para unos en ilusión,
para otros en hallazgo.
Dos vecinas han vivido
duros días confinados
entre las paredes tristes
de un edificio barato,
una ayudando a otra,
la otra diciendo gracias.
¿Y si cayeran millones
sobre su humilde casa?
Doña Carmen le envía
un décimo ya premiado
a su vecina simpática
para pagarle la ayuda
con el Gordo inesperado.
Con la mascarilla puesta,
igual que las afortunadas
vecinas a las que toca
el Gordo y lo comparten,
me emociono y corro
a comprar la lotería
que en Navidad no toca
a los que les hace falta,
como a esta trovadora
que les regala un link
por si quieren comprar algo: