Nochebuena de conejo
en la mesa
nos espera.
Lo imagino sin cabeza,
mostrando los huesos
y ofreciendo carnes
de mal comedor
en la adolescencia.
¡Ay, pobre conejo!
Tan delgado está
que no alimenta
a las doce bocas
que quieren comerlo.
Conejo, vete.
Regresa al corral
y juega a los ceros
con una gallina
clueca por los celos.
Conejo, vete.
Mi Nochebuena no merece
tu sacrificio,
conejo bueno.
¿Chef por primera vez? - Sé un mejor Cocinillas.
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