Fadesa se fue a pique
como el Tictanic un día,
cuando nadie lo esperaba,
pero todos lo temían.
Puso suspensión de pagos
en todas las ventanillas
hasta en la del currante
humilde subcontratista.
Le sobran una gran deuda,
trabajadores y pisos
invendibles en los tiempos
de crisis en el ladrillo.
El dueño de la empresa
mal negocio hizo el día
en que le compró a Jove
la Fadesa que uniría
a su primera Martinsa.
La fusión no ha sumado
más ceros a la derecha
de las cuentas del señor
que presidió a los merengues.
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