El Papa quiere mujeres
en casa y con mucho rorro,
a los hombres no les dice
que en el hogar está su mundo.
No me imagino cosiendo
calcetines de un esposo
ni cambiando los pañales
a niños muy numerosos.
Por favor, que hable Aído,
Pajín y todo el grupo
de ministras del Gobierno
diciendo que no es justa
para nosotras las progres.
¿Se callan porque el Papa
es un hombre poderoso?
Pues yo no ahorraré versos
para proclamarme libre
de los hijos y los esposos.