San Valentín se acerca
y está doña Leonor
pensando qué le regala
su novio el guapetón
que la ha enamorado
en un recreo de dos.
Empezaron dialogando,
se gustaron más de cerca.
Leonor le explicaba
la vida de una princesa
en La Zarzuela de siempre.
Su compañero de escuela
le hablaba de sus padres,
muy ricos y aún anónimos
para las televisiones
donde la telebasura
busca buenos culebrones.
Llegó el primer abrazo,
el beso con mascarillas,
los codazos tan de moda,
un amor tierno de niños
que la adolescencia toca
con una mirada pícara
y una mano airosa.
Doña Letizia, la Reina,
le pregunta si es cierto
lo que dicen y le cuentan
los guardaespaldas cotillas
y Leonor le confirma
que Cupido anda suelto
por Los Rosales y quiere
a un pijillo sonriente.
Se enfada nuestra Reina
y Leonor se entristece.
La princesa está triste,
la princesa está contenta.
Sólo el poeta sabe
lo que la princesa tiene.
La Familia Real española se ha convertido en la comidilla los últimos meses debido a los negocios dudosos del Rey emérito Juan Carlos I. Ahora es la Princesa quien da de qué hablar. www.msn.com |